Pintura Zen / Zen Painting 禅
armonía equilibrio bienestar serenidad integración naturaleza
-Español
Los orígenes de la pintura Zen vienen desde China en tiempos de la dinastía Song del Sur (1127-1279), cuando monjes pintores como Mu Qi (hacia 1220-1290) o Liang Kai (s.XIII) practicaban la pintura a la tinta para reflejar la esencia de Buda en cada partícula del universo. Esta tradición pasa luego a Japón donde encontramos las obras maestras de Sesshu (1420-1506), probablemente el más famoso de los pintores Zen durante el período Muromachi (1333-1573). También podríamos citar a Hakuin (1685-1768) y a Sengai (1751-1837), quienes llevaron la pintura Zen a un grado total de libertad. La esencia del Zen es la conciencia de cada instante en que mente y cuerpo se armonizan en la acción del aquí y ahora. La palabra Zen en japonés (禅), en chino chán, viene de la palabra sánscrita dhyāna que significa “meditación”. Antes de comenzar a pintar en nuestras clases hacemos un breve momento de Zazen (meditación en silencio) para aquietar el espíritu, ya que uno de los principios de la pintura Zen es “seijaku” (静寂) o serenidad interior. También hacemos algunas posturas de Yoga para armonizar la mente con el cuerpo. Es nuestro interés poder enriquecer la sólida tradición del arte occidental con la profundidad de las escuelas orientales, y así ampliar el horizonte de cualquier persona que desee acercarse a este fascinante mundo como camino de desarrollo armónico. Ofrecemos también talleres monográficos y retiros de pintura en entornos naturales. |
-Français
Le cours manie différentes techniques telles que le dessin, la peinture et les collages basés sur les principes de la peinture chinoise et japonaise traditionnelles, intrinsèquement liées aux idées du Zen. Selon ces anciennes méthodes, avant de peindre un arbre ou une fleur, il faut les observer des près, les sentir, les imaginer en train de naître en nous, et se rendre compte que la vie qui germe en eux est la même en nous. Ce n’est qu’alors que nous pouvons peindre un motif naturel. On adapte ces idées aux élèves en les unissant au caractère ludique de l’art, de sorte qu’ils puissent apprendre en jouant et en s’amusant avec le matériel. La peinture japonaise, offre une éducation écologique, notamment par la valorisation, l’appréciation et l’observation de la nature. Elle favorise dès lors la détente des élèves; elle les aide également à remonter leur estime desoi par cette capacité à interpreter la nature et à la sentir. Mais encore, elle favorise la concentration et l’attention, en augmentant la capacité globale d’apprentissage, la mémoire ainsi que la psychomotricité. La peinture chinoise et japonaise fascine les gens. Lors de nos divers ateliers, nous avons pu observer un accueil chaleureux de leur part et peut-être même plus intéressé que pour la peinture occidentale. |
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